Para la gente que no está relacionada al mundo del branding les es difícil entender que las marcas tienen una personalidad.
Y es cierto, las marcas no son personas como para tenerla, pero sí tienen elementos que influyen en ellas al momento de conectar con el consumidor final. Las grandes marcas se han humanizado y gracias a esto han hecho que los consumidores sean parte de ellas.
Una marca puede no tener sentimientos pero sí puede describir: ¿Cómo es?, ¿Qué le gusta?, ¿Qué edad tiene?, ¿Cuáles son sus principales características, virtudes y adjetivos?, etc. Esto nos da una idea sobre a qué target va a dirigirse y cuál será su verdadera identidad, es como si una persona en su entorno social conectara con otras y se relacionaran por tener los mismos gustos y la misma manera de pensar.
Por eso es importante que cada marca sea única y no igual a otra, porque pasaría a ser como los demás y ser como los demás es no ser nadie.
Con esto quiero decir que deben buscar ser ellas mismas y no pasar a ser como la burla o el desinterés de todos, hay marcas que se colgaron de otras para existir (lo he visto con mis ojos), pero esa no es la manera correcta de salir al mundo, sería como si dos mujeres se vieran en la parada del bus vestidas con la misma ropa y los mismos zapatos (ellas lo entenderían perfectamente), deben odiarlo y/o no cometer el mismo error.
Lamentablemente la mayoría de las personas e incluso los partners de las marcas no le dan el valor que éstas poseen.
Actualmente el mercado ha cambiado mucho, por lo que las marcas tienen que buscar la manera de ser persuasivas sin enfocarse en las ventas nada más, deben mostrar el interés por las personas, sus sentimientos y gustos, e incluso deben hacer conciencia sobre el cuidado del medio ambiente, algo muy importante para todos y que pocos lo hacen.
Esto no lo comprendía del todo, pero en cuanto comencé a navegar en este océano tan profundo que gracias a Happy Studio aún exploro he logrado comprender que cada marca tiene una historia que contar, tiene su propia esencia, su propia personalidad de cómo es ante el mundo y cuál es su diferenciador más importante.
Yo me considero un consumidor en este mar de marcas, pero también, soy uno de los muchos diseñadores que hacen lo mejor posible para que las marcas sean únicas y memorables.