¿De qué hablar cuando no hay inspiración?

21 Jul 2022

Aquí estoy de nuevo escribiendo, y lo primero que tengo que admitir es que no hay un tema en mi mente del cual se me ocurra una idea para redactar.

Mente en blanco, papel igual y es entonces donde noto que justo esta situación es donde todos, especialmente los creativos, hemos estado en más de una ocasión. Es muy difícil crear algo magnífico, diferente, que sorprenda a todos cuando no encontramos el inicio del camino que nos llevará a descubrir esa idea que estamos buscando. La mayoría de las veces me siento perdida durante este proceso, porque sé que hay tantos pensamientos y tantas cosas que quiero decir, pero también existen momentos donde simplemente no encuentro nada.  

Es que, además, tenemos esta idea tan popular y preconcebida sobre artistas que esperan por su musa, y cuando ella se retira simplemente no queda otra opción que sentarse a esperar que regrese otra vez, como si no hubiera más y fuera el único impulso de creación que poseen. Pero seamos honestos, sentarse a esperar solo termina por acrecentar la frustración ante la imposibilidad de hacer arte. 

La cuestión clave de todo esto es ¿Qué se supone que debemos hacer cuándo la inspiración simplemente no llega?

Para mí ha sido salir. Ver cosas nuevas, lugares diferentes a las cuatro paredes que encierran mi visión durante la mayoría del transcurso de la semana. Probar comida diferente, incluso comida que no me gustará. Escuchar música distinta, la que nunca escucho e intentar bailar. 

¿Qué dirán sobre mí?¿Qué al final solo haré lo que todos hacen?¿Qué mis gustos se verán moldeados por las tendencias?¿Qué de innovador podría tener sacrificarlos en el supuesto nombre del arte?

Pero la realidad es que conocer lo que es diferente a ti, aunque eso caiga en la normalidad o “ser básico”, siempre te hará crecer. La inspiración no es exclusiva de “ser único y diferente” está en lo que conocemos, lo que desconocemos y cómo pensamos, nuestra forma de ver el mundo como individuos. 

Se necesita salir de la caja, pero también entrar en ella para entender y (re)conectar, con otros y con uno mismo.

De esta forma podemos seguir aprendiendo y creciendo, ser personas que sienten, ríen, lloran, se enojan y se divierten, antes de cargar con la presión de ser creativos en todo lo que hacemos.  Antes de ser lo que se espera de nosotros, hasta que inesperadamente (y se los digo porque sucederá) la inspiración nos golpeé de repente. Ni siquiera lo veremos venir, y es entonces que podremos construir y volver a crear.

Sé que no tengo las respuestas correctas al problema que planteo, pues además existen tantas perspectivas como personas en el mundo, lo que escribo se basa solo en un sentimiento, pero lo comparto en caso de que sea de ayuda para alguien que se encuentre buscando una solución o simplemente sentirse menos solo en este dilema de no encontrar inspiración. 

Lupita Owo
Designer

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