Siempre me sentí atraída por las diferentes representaciones, técnicas y métodos que mostraban al mundo como un nuevo mundo, con una perspectiva diferente, con un sentido especial.
El arte está íntimamente relacionado con la naturaleza humana, el arte es motor de búsqueda, herramienta de comunicación, puente educativo, puerta a la libertad, puerta a mi libertad.
El arte es el reflejo de la cultura, patrimonio que se transmite de generación en generación. Por ello es vital su presencia en nuestro día a día, por ello es fundamental encontrarlo en cada cosa que hacemos, en cada palabra que pensamos, en cada estrategia que nace de una idea.
A lo largo de mi carrera profesional me he dado cuenta de la confusión del mundo al momento de hablar de la mercadotecnia. No solo es imagen, no es vestir para vender, ni crear a través de la mentira. La mercadotecnia va más allá de 4p’s, de un posicionamiento, de una buena propuesta de valor, de la funcionalidad del producto y/o servicio. La mercadotecnia para mí es un camino lleno de oportunidades, un camino que tiene como principal motivo entender las verdaderas necesidades, deseos y aspiraciones, un camino que busca responder el cómo, dónde, por qué y para quién.
Así como el arte, la mercadotecnia conecta con el mundo a través de historias contadas con diferentes voces, intenciones, herramientas y en diferentes tiempos.
El arte es autenticidad, en donde el artista sin necesidad de palabras dice lo que tiene dentro sin la intención de hacerlo. En la mercadotecnia el peor error es una comunicación basada en la desconfianza, con tonos incorrectos, con mensajes confusos, con mentiras blancas, sin valor, sin autenticidad.
Trabajar en un ambiente lleno de ideas nuevas, colores diferentes, personas artísticas y palabras que guardan en su interior historias y sueños, me convirtieron en fiel amante de la verdad, en seguidora de la comunicación honesta, en cómplice del arte en cualquier expresión, en cualquier idioma, en cualquier tiempo. Trabajar en un mundo que busca el arte en lo que otros hacen, me ha convertido en una mercadóloga que se atreve hacer lo que es correcto, sin importar lo que otros puedan decir o pensar.
Para mí, la mercadotecnia, el arte y la publicidad representan una oportunidad especial para conectar con lo que realmente hay en el interior de las personas.
Estos tres pilares se fusionan perfectamente hasta encontrar la esencia de lo que somos y hacemos, aquí cualquier palabra tiene sentido, cualquier sentimiento tiene valor.
En algún momento de mi vida llegué a cuestionarme sobre la mercadotecnia del mundo y sobre el temor de no encontrar arte en lo que tenía que hacer cada día. Pero desde un estudio de branding logré conocer el poder de las palabras y la fuerza de la creatividad. Desde aquí puedo compartir con el mundo mi visión del ahora, desde aquí puedo aportar para cambiar en lo posible, aquello que apachurra corazones y nos aleja del arte y la belleza de la vida.